Callejón Informativo
Por: José Alam Chávez Jacobo
– Anuncia Chuayffet despedida política
– Con clara conciencia de sus aciertos y errores en 38 años de servicio público
– Contagia sentimentalismo y orgullo a sus correligionarios
– Responde Eruviel Ávila que Chuayffet tiene mucho que seguir aportando
Emilio Chuayffet Chemor tuvo momentos de gloria, de incertidumbre, de derrotas personales; vivió del PRI y con el en años del presidencialismo puro, resintió la caída de ese régimen, manteniendose vigente por el peso del Grupo Atlacomulco y ahora que el tricolor regresa a Los Pinos tras doce años de ausencia, advierte su retiro de la política sostenido en la nostalgia, en sus logros y en el orgullo de reconocer los desaciertos.
Pero no pierde su estilo. Entiende que es el momento de marcar distancia, justo cuando el Grupo Atlacomulco se encamina a detentar el poder presidencial, sin embargo por ningun lado se percibía insertado en esa ruta; por el contrario, las cúpulas modernas parecieron olvidarlo.
El coordinador de los Diputados Federales mexiquenses sabe en donde esta situada su figura, quizá por ello en un inmejorable marco dice estar consciente de los aciertos y errores en 38 años de servicio público. Subraya a su esposa Olga y a su hija Carolina, como los dos pilares más importantes en su vida. Sostiene que lo más preciado para un político es regresar a su tierra y caminar con la frente en alto ante los ciudadanos. Eso hará a partir del primero de Septiembre.
Fue en su Tercer Informe de Actividades donde Chuayffet Chemor habló del retiro, parafraseando a uno de sus ideólogos priistas favoritos. «El político que no sabe retirarse a tiempo, termina abandonado por la política. Para mí se acerca la hora fatal que Reyes Heroles describiera como infranqueable, la del retiro”, dijo ante personajes de la vieja guardia como Francisco Rojas o Humberto Benítez Treviño que entienden de inmediato a lo que se refiere su amigo Chuayffet, mientras que los más recientes como Héctor Velasco o Jesús Alcantara observan y analizan.
Se despide Chuayffet, el ex alcalde de Toluca, el ex Gobernador, el mexiquense que hizo sońar a una corriente cuando llegó a la Secretaría de Gobernación, de la cual tuvo que salir por la puerta trasera, presuroso, nervioso, con la única promesa de que llevaría sobre los hombros un episodio para muchos inconcluso, no juzgado.
Sin referir temas en concreto se disculpa por los errores que pudo haber tenido en su carrera, en ese discurso debidamente preparado para marcar su propio alejamiento de las decisiones de poder en el PRI, ante colonos y políticos que lo atendieron contundentemente en el salón del Club de Leones de Atlacomulco y sin embargo se va de la política beneficiado por las imperfecciones del sistema político mexicano.
La matanza de Aguas Blancas, cuando fue secretario de Gobernación, en el Gobierno de Ernesto Zedillo, que jamás fue investigada y juzgada como la sociedad de esos años habría esperado. Hoy el hecho escapa al priismo que por el momento se alimenta de triunfo y esperanza. De haber sido juzgado por aquellos hechos, tal vez su carrera política habría tenido un desenlace diferente.
Pero Chuayffet se despide con la postura de un político cuya madurez le dicta que es momento de irse, cuando aún se está arriba, simplemente para evitar que la política lo muestre como un elemento caduco y fuera del círculo de las nuevas cúpulas.
Y sin embargo al experimentado Chuayffet le duele su propia postura, como lo evidencia alguna lágrima sobre su mejilla, mientras que Eruviel Ávila Villegas, el gobernador mexiquense, de inmediato se adecua a las circunstancias.
Hasta el último momento Emilio Chuayffet mantiene su estilo y ese discurso que tanto le ha caracterizado; siempre adulador del gobernante en turno, orgulloso de su herencia partidista, enérgico para subrayar logros, seductor de las cúpulas estudiadas y conocedor de las máximas de sus ideólogos.
Presume logros durante su paso por la Presidencia de la Cámara de Diputados en el primer periodo del Tercer Año Legislativo; sesionamos 40 veces, no 38 como se dijo, porque no están contando dos sesiones solemnes, resalta.
Y agrega: «Somos la Cámara más productiva, no como dice el video, respecto de las últimas seis Legislaturas, sino en toda la historia. 154 iniciativas aprobadas en cuatro meses cuando el promedio es de 70 y 80». Remató recordando que al estado de México se le aprobó un presupuesto histórico de más de 30 mil millones de pesos.
Se va Emilio Chuayffet de la política o se trata simplemente de un mensaje a los herederos del mítico Grupo Atlacomulco? No lo sabemos, habrá tiempo suficiente para entenderlo, lo único claro es que hacía tiempo que se observaba fuera de las preferencias del grupo que se apresta para darle un nuevo rumbo al país.
«El maestro Emilio Chuayffet tiene mucho qué enseñarnos aún a todos los mexiquenses, a quienes hacemos política. Es un referente obligado cuando hablamos del Estado de México. Así que, maestro, lo necesitamos. Y en la trinchera en la que se encuentre, a partir del 1° de septiembre, quiero decirle que no va a ser fácil deshacerse de mí; lo estaré buscando y esteré recurriendo a usted, siempre al consejo sabio, oportuno y generoso de su parte».
Son las palabras de un Eruviel Ávila, enfundado en su carácter de Gobernador y animado por su propia historia política para cerrar con broche de oro y sentimentalismo el Informe de Chuayffet que en el fondo dejó sabor a despedida política.